Recuerdos, historias, y cicatrices.

 


Este proyecto consiste de una serie de dibujos y un audio. Los dibujos describen la vida y el proceso de la sanación de una herida, mientras que el audio busca contar experiencias vividas a causa de la cicatriz. Con ambos pretendo seguir el tema de las cicatrices, a la vez que expandirlo en la experiencia personal y social de una persona muy cercana a mí, y así aprender a través de sus experiencias.
A pesar de que al principio pensé hacer algo más relacionado con mis sensaciones personales, caí en cuenta que mi familiar tendría cosas muy interesantes que contar acerca de su cicatriz facial y sus vivencias con ella.
A los dos años de edad, mi madre se electrocutó al morder un enchufe de la pared, que le causó que se abriera un agujero junto a su labio, y por tener aún tan tierna edad, sus manos tuvieron que estar vendadas mientras el agujero se cerraba.
Partí de la idea de mostrar la aceptación de uno mismo a lo largo de la vida, por un rasgo distinto o una situación en que algún momento nos molestó, haciendo a su vez la pregunta si esto necesariamente significa que el resto de la sociedad nos acepta por ello, y si nos debería importar o no igualmente.
Quise abordar el tema de manera tranquila y acogedora, que el espectador tuviera la sensación de estar escuchando a un familiar contando una historia de su pasado. Evité añadir cualquier tipo de música y que tan sólo se escuchara la voz del locutor, para que el observador pueda dar con sus propias emociones sin que una melodía trate de influenciarlas.
Lo realicé escogiendo diversas imágenes de la vida de mi madre, las cuales tomé y pinté en un programa de dibujo llamado Krita. Hice distintos fotogramas, dándoles una sensación de un dibujo coloreado, de cuento, a su vez dando la sensación de un recuerdo, que en ocasiones pueden parecer borrosos.
Los dibujos, basados en fotografías, presentan imágenes de ella antes y después del accidente, antes y después de una operación, y su aspecto actual.
Podemos, también, agruparlas en distintas etapas de vida:
  • La infancia, que representa simplicidad en la que no se tiene importancia por rasgos superficiales.
  • La adolescencia, en la que la cicatriz da paso a la inseguridad.
  • La madurez, representativa de la aceptación de dichos rasgos.
El audio describe las sensaciones que conllevan tener una cicatriz facial, y cómo han afectado a mi madre.
Espero que este proyecto nos recuerde que las heridas pueden sanar con el tiempo, y que haga cuestionar ciertos aspectos de la sociedad en la que vivimos.



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